Porotos con riendas, Imagen generada con inteligencia artificial – OpenAI Porotos con riendas - Imagen generada con inteligencia artificial – OpenAI

Descubre la receta tradicional de porotos con riendas: Un clásico Chileno que no te puedes perder

Los porotos con riendas son un plato emblemático de la gastronomía chilena, caracterizado por su rico sabor y nutrientes. Este guiso se elabora a base de porotos, zapallo y tallarines, lo que lo convierte en una opción nutritiva y reconfortante.

Los porotos con riendas siguen marcando presencia en las mesas chilenas y consolidándose como uno de los platos más emblemáticos de la cocina local. Este guiso tradicional, lleno de historia y sabor, representa fielmente el legado campesino del país, combinando porotos tórtola, zapallo y tallarines en una mezcla reconfortante y nutritiva.

Un clásico de la cocina chilena: robusto, sencillo y familiar

La esencia de los porotos con riendas radica en la combinación de ingredientes simples, disponibles en cualquier cocina chilena. Los tres artículos consultados coinciden en dar protagonismo al poroto tórtola, base importante del guiso, al zapallo amarillo y a los tallarines de trigo tradicionales, conocidos como las "riendas" que dan nombre al plato.

Usualmente, este plato se enriquece con sofrítos a base de cebolla, ajo y condimentos como orégano, comino y ají de color, entregando el aroma y color tan característicos. La adición de longaniza frita, en algunos casos huevo duro o cebollitas en escabeche, escala el plato a un nivel de goce familiar y festivo.

Ingredientes base y variaciones regionales

  • ½ kilo de porotos tórtola (remojados la noche anterior)
  • ½ kilo de zapallo camote o amarillo
  • 1 cebolla
  • 2 dientes de ajo
  • 2 cucharadas de manteca o aceite de oliva
  • Ají de color
  • Comino
  • Orégano seco
  • Sal a gusto
  • 70-100 gramos de tallarines partidos por la mitad
  • Zanahoria rallada (opcional, frecuente en varias versiones)
  • Pimentón rojo (aportando color y sabor extra)
  • Cilantro fresco picado para decorar
  • Longaniza frita para acompañar (opcional pero popular)

Preparación paso a paso

  1. Remoja los porotos en abundante agua fría durante toda la noche. Al día siguiente elimina el agua y enjuaga los porotos.
  2. Lleva los porotos a cocer en una olla grande junto con el zapallo pelado y partido en trozos grandes, cubriendo con suficiente agua (aproximadamente el doble que de porotos). Agrega sal y deja cocer a fuego medio durante 30 a 40 minutos (olla a presión) o hasta 90 minutos en olla normal, hasta que los porotos estén blandos y el zapallo se comience a deshacer.
  3. En paralelo, prepara un sofrito con manteca o aceite de oliva. Fríe la cebolla y el ajo picados en cuadros pequeños. Añade zanahoria rallada, pimentón, ají de color, orégano y comino. Cocina hasta que las verduras estén doradas y fragantes.
  4. Añade el sofrito a la olla de porotos junto con los tallarines partidos a la mitad. Mezcla bien, rectifica el sazón y cocina a fuego suave por 7-10 minutos más, hasta que la pasta esté lista y el guiso tome una consistencia cremosa.
  5. Sirve caliente, decore con cilantro fresco picado y opcionalmente, acompaña con longaniza frita, huevo duro o cebollitas en escabeche según tus preferencias.

Valor nutricional y significado cultural

Esta receta no solo destaca por su sabor, sino por su valor nutricional: aporta proteínas vegetales, fibra y carbohidratos de absorción lenta, fundamentales para una alimentación equilibrada. Además, los porotos suman hierro, magnesio y vitaminas del complejo B.

El nombre "porotos con riendas" viene del uso original de tiras de cuero de cerdo en reemplazo de los tallarines, tradición que con los años pasó a incorporar pasta y que sigue vigente en la memoria popular y el imaginario rural chileno.

Los porotos con riendas se mantienen vivos gracias a la simpleza de su preparación y su capacidad de adaptación: es posible hacer versiones vegetarianas, veganas o incorporar variantes como merkén o cambiar la pasta por opciones sin gluten.

Este plato reafirma la identidad nacional y se convierte en una postal culinaria infaltable en toda reunión familiar, especialmente durante la temporada de otoño e invierno.


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